Un nombre desconocido para muchos al que tardaréis muy poco en coger cariño. Patricia Lorente es el encabezado de una tarjeta de presentación, que encontré en un bar del centro. Además del nombre propio de una escritora de la que me quedaba mucho por descubrir.
Y, si la curiosidad mató al gato, ¿me voy a quedar con las ganas de saber quién es esta mujer? De eso nada. Madre de dos hijos que, aunque ahora no puede vivir de lo que realmente le apasiona, luchará por conseguirlo. Escritora desde antes casi de poder recordar. Ahora la curiosidad también te pica a ti, ¿no? Pues sigue leyendo.
La primera vez que se retó a sí misma fue con 14 años. Solía escribir cuentos e historias que nunca terminaba, hasta que un día se dijo «tengo que acabar un libro». Y así fue. «Era una historia de amor, de quinceañeros. Cuando por fin la terminé es cuando pensé, si puedo hacer una puedo hacer más y me enganchó».
Le pregunto a Patricia hasta qué punto esto es un hobby y cuándo entra en juego el rol del trabajo. ¿Alguna vez has sentido presión por publicar? Confiesa que suele escribir lo que le gusta, lo que tiene en la cabeza. Sin embargo, esto no ha sido así siempre. «La presión la he sentido cuando he trabajado en algún blog» y, aún con todo y con eso, puntualiza «ojalá volviera a sentirla».
Si os dejáis caer por la web de mi tocaya descubriréis a otro gran protagonista, Gavilán Palomo. En su página lo presenta pero quiero indagar más en él, o en ella mejor dicho. «Fue una mujer, pasados los 40, que se coló en unos cursillos de verano en los que éramos todos menores de 25 y de ahí surgieron un montón de motes y de historias. Creamos un fanzine entre amigos y después surgió una novela y después un blog. Me da pena dejar a Gavilán apartado de mi vida».
La Ópera Prima de Lorente fue Patadas al aire, de 2007. Aunque no fue su primera obra sí consiguió ser la primera en ver la luz. «Era una novela más adulta. Tuve la gran oportunidad de leer en un periódico “se buscan escritores noveles” y de ahí surgió» A pesar de ser su prueba de fuego confiesa no sentirse del todo orgullosa con el resultado, «me quedé un poco con las ganas de hacerlo mejor». La superación llegó con Sandwiches de mermelada, su segundo título publicado. «Me sentí muy contenta escribiéndolo y viendo el resultado. Para mí es muy importante en ese sentido, me quedé muy satisfecha con ello». Patricia busca dar un pasito más con cada trabajo y es lo que va a intentar hacer con su próxima novela.
Además de estas obras, no necesariamente para adultos, tiene otros títulos en el tintero para un publico mayor, como el cuento que le ha publicado la Editorial Meninas Cartoneras, de la antropología Tres más Cuatro, incluso obras para formato televisivo. Pero todo a su tiempo. Los cuentos son su otra gran arma. La mayoría incluso los podéis encontrar online, vamos que facilidades no os faltan. Sin embargo, a pesar de estar en la red guardan el encanto de los relatos de papel, la magia de ir pasando páginas, el misterio de qué pasará cuando cambie de hoja. El formato de estos cuentos y sus ilustraciones son obra de la misma persona, Patricia Lorente, quien, después de haber hecho un curso de páginas webs, decide hacer sus propias prácticas.
Llega el momento de que nos traslademos a Los Mundo de Yupi y, como a nuestra protagonista imaginación no le falta, le pido que piense que tiene carta blanca para publicar sobre el tema que quiera. Ella no se lo piensa mucho, lo tiene claro. «Algo que hiciera crítica social, sin que pareciera una criticona social. Una historia que despertara las conciencias y que pueda significar algo para la gente».
Igual de sencillo le resulta elegir tres de sus obras. ¿Cuáles publicarías si dependiese de ti?, le pregunto. «La novela con la que estoy, que se llama Qué fue de Miranda Twain, es larga, trágica, habla de la vida y pienso que le podría llegar a mucha gente. He puesto mucha pasión tratando de tocar los sentimientos. Gavilán Palomo porque pienso que todo el mundo se tiene que reír. Y, el tercer título sería un cuento que tengo que se llama Babas de caracol«.
Como el dominio de su web dice, creo que la verdadera bondad de la literatura es que nada perece. Así que, te recomiendo que navegues entre sus letras y disfrutes tanto como lo hicimos nosotras ayer durante su entrevista.
Patricia Galán
La Estación Central 